Nos encabezonamos en querer ser mejor que las demás personas que nos rodean, en superar a nuestros compañeros de trabajo a la hora de conseguir los objetivos, a nuestros hermanos/as por el cariño de unos padres, a los compañero de equipo en un partido deportivo o que nuestros hijos sean mejor que el resto de compañeros en notas o puntuaciones.
Competimos
con las personas equivocadas, cada persona es diferente, cada uno
tiene sus propias habilidades y competencias, que se pueden asemejar
a las nuestras, pero que nunca serán iguales. Esto hace que
compitamos para nada, eso no nos ayuda a mejorar al fin y al cabo, ya
que crea tensiones, emociones negativas que envuelven el ambiente que
nos rodea.
Con
la única persona con la que debemos de competir es con NOSOTROS
MISMOS. Cada día debemos intentar superarnos y ser un poco mejor
que el día anterior, ponernos metas y afrontarlas con nuestras
habilidades y competencias y crecer cada día de nuestros actos,
aprender de los errores que nosotros mismos cometemos, analizarlos y
profundizar en las soluciones.
Cada
día mirémonos en el espejo un segundo al despertar, contemplemos a
la persona del otro lado del espero, es ella la que rivaliza con
nosotros, es a ella a la que debemos superar cada día, con
energía, positividad, entusiasmo, control emocional, trabajo duro y
constancia.
De
todo esto sale el título de este post, “SER EL UNICORNIO”.
No hay que ser mejores que los demás, hay que ser una versión
mejorada de nosotros, una versión 3.0, sacar el UNICORNIO que
llevamos dentro y brillar.
“La constancia, el trabajo óptimo, inteligencia emocional y la positividad son la clave para mantener una mente sana y activa, son la clave para ser cada día un poco mejores”