En el post anterior se expuso una forma adecuada de dar una crítica, de expresar malestar sin llegar a ofender a la otra persona desde la Terapia Icónica (Santiago, S. 2015). En esta entrada se va a aprender a cómo recibir una crítica sin sentirse ofendido, desde la misma metodología.
Lo primero que se tiene que realizar, cuando se va a recibir una crítica, es ESCUCHAR
Y MIRAR A LOS OJOS. Se debe llevar a cabo una escucha activa, estar pendiente del diálogo
que se mantiene con la otra persona, estar atento al mensaje y cómo se expresa,
para intentar indagar en la verdadera razón de molestia. Esto debe de
realizarse de manera calmada, sosegada, escuchando pacientemente y manteniendo
en control o equilibrio las emociones negativas que puedan generar la crítica.
Una vez escuchada la crítica, el siguiente paso será ACEPTAR
SU PARTE DE RAZÓN POR NUESTRA CONDUCTA SIN SENTIRSE DAÑADO COMO PERSONA. Es muy importante, en todo momento, atender a nuestra
autoestima, entender que lo que ha fallado, lo que se está recriminando, o por
lo que se ha generado un malestar en la otra persona, es la conducta producida
por nosotros y no nosotros en sí mismos. El error está en nuestra conducta, o
mejor dicho, en una parte de nuestra conducta final, ya que toda conducta, aún
fallida, tiene su parte correcta, y no en nosotros como personas. Entender esta
diferencia es fundamental para salvaguardar nuestra autoestima. Un ejemplo
podría ser el siguiente; -”Se
que mi conducta (no persona) ha sido errónea y aceptó mi parte de culpa por la
conducta realizada”…
El tercer paso a seguir es PREGUNTAR
LA VERDADERA CAUSA DE MOLESTIA. En muchas ocasiones las críticas se expresan de manera inadecuada,
atendiendo a la persona y no a la conducta, llegado incluso a las
descalificaciones con frases como; “No
vales para nada”. “Lo estás haciendo mal”...
Esta forma de expresar un malestar es desadaptativo,
ya que no expone el verdadero problema, la verdadera causa que está generando
el conflicto, por lo que se debe preguntar cuál es exactamente la causa del
malentendido para, posteriormente, PEDIR
PROPUESTAS DE SOLUCIÓN, que será el siguiente paso.
Una vez expuestas, por parte de la otra persona, las
soluciones que, desde su punto de vista, se pueden generar, se expresan
nuestras propias soluciones. De esta manera se llega al último paso, NEGOCIAR
ACUERDOS ENTRE AMBOS PUNTOS DE VISTA. Como se reflejó en el post anterior, es fundamental,
para llegar a un entendimiento final, saber ceder y no enfrascarse en que
nuestro punto de vista es el único válido.
Recibe una crítica protegiendo tu autoestima. Llega a
un acuerdo para un fin común, la resolución del conflicto.